Estas tardes de primavera se hacen largas cuando afuera llueve y llueve... Pues no hay tiempo para aburrirse dentro de casa. Esta tarde la he pasado pintando unas piedras de río que había cogido hacía tiempo y que ahí estaban.
Ahora son divertidas y decoran cualquier sitio. A los niños seguro que les encantan e incluso pueden colaborar.
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